El transporte público en Santa Fe y Rosario representa más del veinte por ciento del salario mínimo, mientras en CABA solo el 8%.

 


El aumento de la tarifa del transporte público en Santa Fe y Rosario llevó el boleto a 1580 pesos. Con este valor, un trabajador que realiza dos viajes por día durante los 22 días hábiles del mes necesita 69.520 pesos para cubrir sus traslados básicos. Esa cifra equivale al 21,6 por ciento del Salario Mínimo Vital y Móvil, que en septiembre se ubica en 322.200 pesos.

La comparación deja en evidencia una diferencia sustancial respecto del Área Metropolitana de Buenos Aires, donde el gasto mensual por el mismo esquema de viajes representa entre el seis y el ocho por ciento del ingreso mínimo. En Santa Fe y Rosario, la incidencia se multiplica y supera la quinta parte del salario.

El cálculo se vuelve aún más significativo si se consideran los días sábados, cuando el gasto asciende a 79.160 pesos y representa casi un 25 por ciento del salario mínimo. Para quienes dependen exclusivamente del transporte público, este nivel de impacto obliga a destinar una parte central de los ingresos al pago de la movilidad cotidiana.

La discusión sobre el financiamiento del transporte y la relación entre tarifas y subsidios cobra fuerza en este contexto. Mientras en el AMBA los costos se sostienen con aportes nacionales, en las ciudades del interior los usuarios enfrentan boletos mucho más altos en relación con sus ingresos.

El desafío es cómo equilibrar la necesidad de garantizar servicios sostenibles con la capacidad real de pago de los trabajadores, especialmente en los sectores de menores recursos que utilizan el transporte público a diario.





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