- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
- Obtener enlace
- X
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
El Gobierno nacional designó a las autoridades que estarán al frente de las nuevas agencias creadas para reorganizar el sistema de transporte, en el marco de la reciente reestructuración institucional impulsada por la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía.
Los nombramientos incluyen a Marcelo Torres como director de la Agencia Nacional de Transporte Automotor, a Patricia Ledesma en la Agencia Nacional de Transporte Ferroviario y a Juan Carlos Acosta en la Agencia Nacional de Seguridad y Fiscalización del Transporte. Según el comunicado oficial, estas dependencias reemplazarán y reorganizarán funciones que anteriormente ejercía la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), con el objetivo de modernizar los mecanismos de control y gestión.
La medida se enmarca en los decretos de desregulación y reorganización administrativa de 2024 y 2025, que dispusieron un rediseño integral de los organismos de control del transporte automotor y ferroviario. Desde el Gobierno se plantea que la centralización de funciones en agencias especializadas permitirá una gestión más eficiente, con sistemas de fiscalización digital y mayor coordinación con las provincias.
Los nuevos titulares destacaron en su primera comunicación que trabajarán en la implementación de herramientas tecnológicas para garantizar la trazabilidad de las operaciones, la seguridad de los pasajeros y el cumplimiento de las normas por parte de las empresas. Sin embargo, todavía quedan dudas en torno a los alcances concretos de las competencias de estas agencias y cómo se articularán con los gobiernos provinciales y municipales.
En particular, el anuncio genera expectativas en el sector del transporte interurbano, que hasta ahora tenía a la CNRT como principal órgano de fiscalización. Organizaciones de usuarios y sindicatos del sector advirtieron que estarán atentos a que el proceso no implique un debilitamiento de los controles ni una reducción de las garantías para trabajadores y pasajeros.
El desafío será demostrar si este cambio estructural logra cumplir con la promesa de eficiencia y transparencia en un contexto marcado por conflictos tarifarios, demandas de subsidios y necesidad de inversión en infraestructura
Comentarios
Publicar un comentario